Cumplido el objetivo de estar en Internet tenemos la expectativa de que las personas nos visiten para que nos vean, nos conozcan, determinen nuestras potencialidades y que comiencen a presentarse oportunidades de negocios. La decepción es cuando pasan los días y empezamos a ver que no nos buscan como deseábamos, que existimos pero solo para nosotros, y no para el resto del mundo.
A esto se le suma el hecho de que no estamos solos en la red; existe una competencia directa (empresas/personas que se dedican a lo mismo que nosotros) y una indirecta (la amplia gama de foros, chats y publicaciones digitales que abordan el tema) que también nos quitan espacio y posibilidades. Es allí cuando hay que empezar a tomar medidas y apostar por el camino menos fácil pero rentable: el SEO.
El Search Engine Optimization o, en español, Optimización de los Motores de Búsqueda es el conjunto de técnicas o acciones que tomamos para lograr un mejor posicionamiento de nuestra web o blog o, para decirlo más fácilmente, que aparezcan en los primeros lugares cuando una persona realiza una consulta relacionada con el área en la que nos desempeñamos.
Esto no es para que la gente que nos conozca nos encuentre; sino para que aquellos que están en buscadores haciendo pesquisas sobre un tema relacionado con lo que somos o lo que ofrecemos nos encuentren y nos empecemos a convertir en opciones de consulta, primero, y de negocios, después.
¿Cuáles son los beneficios de aplicarlo?
- Aumenta las conversiones.
- Incrementa las visitas.
- Eleva la reputación en línea.
- No hay que pagar o invertir en campañas de mercadeo para realizarla.
- Nos hace visibles, lo que nos acerca más a las posibilidades de negocios.
Existe la creencia de que esto es una especie de magia que puede realizar cualquiera. Nada más alejado de la realidad:
- Nada tiene que ver con los años que tenga en la red tu web o la cantidad de información publicada sino si he logrado optimizar los elementos clave para posicionarla mejor en los buscadores.
- Los beneficios no son inmediatos; no hay salida fácil.
- El trabajo debe ser constante y continuo, porque los algoritmos de los principales buscadores (Google, Yahoo o Bing) son inmediatos en la detección y cambio de posiciones de nuestra web.
- La apuesta es a largo plazo, por lo que no hay que desmayar.
- Hay que ser flexibles, para ajustarse a lo que va dictando la realidad del mercado.
El SEO no va por la libre; debe estar alineado a la estrategia digital y de mercadeo que tenemos. Es obligatorio saber qué queremos, cuáles son nuestras palabras clave y aquellos que nos interesa comunicar. He aquí algunas técnicas sencillas de aplicar que ayudan a nuestro posicionamiento.
- Redactar textos originales (para evitar que Google los califique negativamente), interesantes y atractivos que las personas quieran leer y así inviertan tiempo en hacerlo.
- Identificar cuáles son las palabras clave que las personas buscarán y colocarlas en negritas para darles relevancia.
- Hay que repetir las palabras que deseamos posicionar mejor, aunque se debe evitar un abuso de esta técnica.
- Publicar la o las palabras clave en el título.
- Insertar las palabras clave en las meta-etiquetas.
- Colocar etiquetas en las imágenes (principalmente las relacionadas a tus keywords).
- Mejorar la velocidad de carga de tu web o del blog.
- Tener URL amigable y apostar por los enlaces.
Las técnicas son muy variadas y mucho más complejas; en la mayoría de los casos están relacionadas con el manejo de metadatos y códigos, lo que, sin duda, puede ser complicado. Sin embargo, no hay que tener miedo; el momento de apostar por el SEO es ahora. Mientras más rápido se haga, más pronto se verán los resultados deseados.