Viajar siempre lleva implícito secretos y misterios por descubrir. Uno de ellos casi siempre surge al inicio del viaje y se trata de conocer, aunque sea por una rendija, qué hay detrás de esa cortina que separa las clases Negocios y Económica de la estelar Primera o Premium, siempre marcada por el lujo y el confort.
Ser un viajero en Premium es hoy en día vivir una experiencia única en cada instante de su duración: una manera de ampliar el concepto de inolvidable. ¿Por qué no empezar desde el propio a viaje en avión a disfrutar de tus vacaciones?
Volar en primera es toda una experiencia,
hay que vivirlo una vez en la vida
Y es justamente esa premisa de transmitir un placer único a sus clientes lo que mueve a las líneas aéreas a apostar cada día por brindar mayores comodidades, buscando la conquista de un mercado que si bien no es el más grande sí es uno de los más lucrativos.
La búsqueda del placer cuando viajas
En esta carrera por brindar placer, la imaginación se ha convertido en el límite de las empresas. La acumulación de millas, el ofrecimiento de asientos más grandes y cómodos que se conviertan en camas, una atención personalizada, obsequiar con bebidas caras sin límites durante todo el viaje y los menús adaptados a los gustos de cada viajero, ya se han convertido en lo común, en más de lo mismo.
Batalla de sensaciones
La apuesta es a más, a generar una sensación única que se traduzca en la sumatoria de los clásicos comodidad y confort más innovación, sorpresa y pérdida de la noción de que se está en un viaje. Vemos cómo ya hemos pasado de la entrega de pijamas, zapatillas, edredones y almohadas acolchadas a que los pasajeros puedan darse un baño en duchas acondicionadas para tal fin en el avión; a que las azafatas se conviertan en seres invisibles para no molestar a los viajeros… pero lo más importante es que se ha entendido que la experiencia de vuelo va desde la compra de los billetes hasta la llegada al destino.
El placer en el proceso
En pocas palabras, el nuevo concepto es que a los pasajeros VIP hay que seguir haciéndoles sentir que son importantes y que es un placer contar con ellos en todas y cada una de las etapas de su viaje; de allí que, al recibirlos en los aeropuertos, se les habilita un sitio especial en exclusiva; se les acompaña en sus procesos ante las autoridades migratorias, incluso, como el caso de la línea aérea alemana Lufthansa en Frankfurt, se habilita un terminal especial, al que se les traslada en lujosos vehículos y se les asigna personal para una atención única.

El cambio: de salones a lounges
En los propios terminales aéreos las llamadas zonas VIP (Very Important Persons, en inglés) han dado paso a lounges en los que ya no solo se lee o se ve televisión; hay instalaciones en las que se dispone de gimnasios para hacer ejercicios mientras se espera; sauna por si el día es muy frío o se ha tenido un día muy agitado; se reciben masajes para reducir el estrés; se juega billar para pasar el tiempo; se realiza un nuevo look con las últimas tendencias o simplemente se duerme en suites exclusivas.